Según cifras recientemente publicadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 2018, se desecharon más de 48.5 millones de toneladas de basura electrónica a nivel mundial. Para hacernos una idea, la cifra expuesta equivale a casi 9 pirámides de Giza o a 4.500 torres Eiffel. De hecho, tal cantidad de basura podría cubrir completamente la superficie de Manhattan.
Al respecto, ONU informó que sólo el 20% de estos residuos son reciclados y, si estas cifras se mantienen, se espera que para 2021, estos desechos lleguen a los 52,2 millones de toneladas métricas y para 2050 la chatarra electrónica alcance los 20 millones de toneladas; lo que implica un reto real en torno al reciclaje y la gestión de residuos electrónicos en aras de contener el riesgo social y medioambiental que estos representan.
En Chile, la empresa RecyTech ha tomado acción en esta materia, siendo pionera en el reciclaje de desechos electrónicos y en la comercialización de materiales reutilizables en el mercado local e internacional.
En sus 10 años de existencia, RecyTech ha logrado desplegar una eficiente operativa de recolección y reciclaje de basura electrónica, atendiendo a clientes del sector privado (grandes empresas, retailers, industria, entre otros) que requieren el retiro de desechos de este tipo en grandes volúmenes. Al respecto, Claudio Giordano, Gerente General de RecyTech explicó que “Diariamente, recolectamos grandes volúmenes de basura electrónica desde empresas muy comprometidas con generar operaciones amigables con el medioambiente; un compromiso donde el reciclaje y la gestión de residuos es clave”.
En esta línea, Giordano sostuvo que “tras la recolección de estos residuos y su almacenamiento, desarrollamos diferentes procesos de reciclaje a partir de los cuales recuperamos principalmente, metales ferrosos, metales preciosos, circuitos integrados y plástico; los cuales comercializamos como materias primas para la fabricación de nuevos equipos electrónicos en el mercado chileno y asiático”.
En lo específico, Giordano comentó que “actualmente exportamos materias primas, principalmente plástico y metales preciosos a Malasia, China y Vietnam, mientras que los metales ferrosos y no ferrosos los vendemos en el mercado doméstico; atendiendo así a los principios de la economía circular que según todos los pronósticos será la nueva forma de hacer negocios en el futuro próximo”.
En lo relativo al éxito de su negocio, Giordano destacó que “en estos 10 años de existencia hemos logrado la confianza de importantes compañías del sector retail y la gran industria interesadas en contribuir en materia medioambiental a partir de la gestión responsable de sus desechos, en este caso, de la basura electrónica. Este creciente interés de “reciclar” que muchas empresas han manifestado y puesto en marcha es para nosotros un fuerte espaldarazo, que nos ha llevado a crecer exponencialmente a nivel operativo”.
En torno al crecimiento exhibido, el Gerente General de RecyTech comentó que “comenzamos esta aventura con sólo 2 operarios y una bodega muy pequeña que al poco andar nos quedó chica. Fue así que llegamos a Bodegas San Francisco que nos ofrecía no solo bodegas de estándar superior al que teníamos, sino también una red de servicios y una ubicación estratégica que contribuyó de forma determinante al crecimiento de nuestro negocio”.
Y es que, según Giordano, al estar inmersos en un ecosistema empresarial e industrial, tan cerca de compañías de alta envergadura las posibilidades de obtener nuevos “proveedores” de residuos electrónicos creció exponencialmente. “De hecho, hace 6 años, cuando llegamos a BSF arrendábamos una bodega de 50 M2. Hoy tenemos una bodega de 500 m2, equipada con rack a 4 niveles y con una operación diaria en la que participan 16 operarios”, sostuvo el ejecutivo.
Consultado respecto al servicio brindado por BSF en estos 6 años de relación comercial, Giordano concluyó que “operar en BSF implica trabajar con un proveedor de bodegas responsable, que despliega protocolos de seguridad muy estrictos lo que va en nuestro directo beneficio como arrendatarios y que a su vez entrega un servicio muy cercano. Puedo decir que en BSF son muy cordiales en su atención; las gerencias siempre están cerca de los arrendatarios y, en general, el trato es muy cercano y eso se agradece. He tenido la fortuna de trabajar en La Farfana, en Puerto Madero y, ahora, en Laguna Sur, donde tenemos nuestra bodega, y en cada recinto hemos recibido el mismo trato profesional y oportuno”.